El Pesto de albahaca es un condimento tradicional de Liguria. El nombre de esta salsa deriva del método de preparación: el machacado. Hojas de albahaca, sal gruesa, ajo, piñones, aceite de oliva virgen extra, Pecorino y Parmigiano Reggiano son los ingredientes que se machacan en el tradicional mortero de mármol, rigurosamente a mano con un mazo de madera. Es una salsa cruda, en la que los ingredientes se mezclan en frío y conservan, por lo tanto, sus características organolépticas.
Se cuenta que, en la gastronomía genovesa, ya en la Edad Media, las especias estaban reservadas a las personas más adineradas, mientras que los pobres utilizaban las hierbas aromáticas para dar sabor a las sopas. El primer pesto de albahaca según la leyenda, fue preparado por un fraile de Prà (Génova), precisamente en el convento de San Basilio. En estas zonas, gracias a las condiciones climáticas favorables, la hierba aromática utilizada, el basilium, tiene un aroma y un sabor únicos.
El Pesto de tomate seco es, en cambio, de origen siciliano. Se trata de una receta muy sencilla, en la que los tomates se lavan, se cortan, se salan y se secan al sol, para luego ser machacados.
El producto nace, también en este caso, de tradiciones muy antiguas, que se remontan a la época en la que aún no existían los métodos modernos de conservación de la salsa de tomates y el cultivo en invernadero. Para poder utilizar los tomates también en invierno, se dejaban secar, se procesaban en los Meses cálidos y se conservaban para condimentar la pasta y el pan durante todo el año.
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