Pocos productos reflejan la tradición gastronómica de Parma con la misma intensidad que el Culatello di Zibello DOP. Considerado por muchos como el «rey de los embutidos italianos», es una de las expresiones más nobles del arte charcutero emiliano. ¿Sabías que incluso Giuseppe Verdi, orgulloso de sus raíces, disfrutaba elaborando culatelli en su finca de Sant'Agata y regalándolos a sus amigos más queridos? No es casualidad: este embutido nace de una cultura campesina profundamente ligada al territorio, a los ritmos de las estaciones y, sobre todo, a la niebla del río Po, que crea las condiciones perfectas para su lento y natural envejecimiento.
El Culatello di Zibello DOP está protegido por un Consorcio y solo puede producirse en una zona restringida de la provincia de Parma, en el municipio ribereño de Zibello. Su elaboración es rigurosa y sigue reglas antiguas. Aunque puede recordar al jamón crudo, el Culatello es muy diferente: se obtiene de la parte más preciada de la pierna del cerdo adulto, despojándola del hueso, la corteza y el exceso de grasa. Esto confiere al producto una forma alargada, compacta y elegante, diferente de la típica redondez del prosciutto di Parma, que conserva la corteza y el muslo.
A continuación, el Culatello se embute en la vejiga del cerdo, se ata a mano con una maestría que se transmite de generación en generación y se deja reposar en las bodegas húmedas de la zona, donde el tiempo, el silencio y la niebla hacen su trabajo. Es aquí donde nace su aroma inconfundible y su sabor intenso pero equilibrado, con una delicadeza que sorprende en cada loncha.
El Culatello di Zibello DOP es perfecto para degustar solo, cortado finamente y servido con pan caliente, pero también se presta a recetas más elaboradas. Es protagonista de primeros platos llenos de identidad, como los tagliolini con Culatello y Parmigiano Reggiano o el risotto mantecato al Culatello. Puede convertirse en el ingrediente principal de un segundo plato creativo, como los espárragos con mantequilla y Culatello, o adornar un entrante con su elegancia rústica. En todas sus versiones, se mantiene fiel a sí mismo: un embutido que no necesita excesos para afirmar su superioridad.
Cada loncha encierra un equilibrio perfecto entre tradición artesanal, territorialidad y elaboración manual. La maduración, el clima, la atención en la selección de las carnes: cada fase de la producción es fundamental para obtener un resultado a la altura de su fama. No en vano, el Culatello di Zibello DOP está considerado uno de los productos más prestigiosos de la excelencia gastronómica italiana.