El término Pecorino es genérico y, como tal, puede utilizarse para designar cualquier queso elaborado con leche de oveja. De hecho, en Italia existe una gran variedad de quesos pecorinos, todos ellos característicos de zonas concretas o de determinadas razas ovinas. El Pecorino, en la Toscana y más al sur, se denomina comúnmente cacio.
Reconocido como producto con Denominación de Origen Protegida en 1992, el Pecorino Toscano tiene orígenes antiguos. Las primeras referencias históricas se remontan a la época romana, en concreto a la Naturalis Historia de Plinio el Viejo, donde se menciona el producto y su elaboración en la zona de Luni, hoy Lunigiana.
En el siglo XV, el Pecorino se llamaba «cacio marzolino» debido a que se elaboraba entre marzo y toda la primavera.
Algunos testimonios demuestran que era descrito como uno de los quesos más apreciados en los banquetes de Lorenzo el Magnífico.
El reglamento actual establece todas las fases de producción, desde el ordeño de la leche, que debe ser exclusivamente de oveja y procedente de las zonas de origen (Toscana y algunos municipios limítrofes de Lacio y Liguria), hasta la maduración.
¿Sabías que la rotura de la cuajada es fundamental para obtener quesos de pasta blanda, semidura o dura? Para la elaboración de queso fresco, la rotura de la cuajada debe respetar el tamaño de una avellana, mientras que para el queso curado, el tamaño previsto es el de un grano de maíz.
El Pecorino Toscano añejo es un queso maduro, cuya maduración se produce durante un mínimo de 120 días, hasta un año. Solo se utiliza cuajo de ternera y la salazón dura solo un día. El Pecorino Toscano madurado tiene forma cilíndrica, una corteza fina de color amarillo que encierra una irresistible pasta de color amarillo pajizo claro con un sabor fragante, intenso y ligeramente picante.